Una vez hemos decidido qué árboles son los adecuados y el espacio que debemos dejar entre ellos, el siguiente paso será el hoyo de plantación de los árboles. Deberá ser, mínimo, tres veces el perímetro del cepellón y con forma trapezoidal para favorecer el crecimiento radicular.
La profundidad final será la misma que la del cepellón. La altura de plantación es determinante para el buen desarrollo del ejemplar.
Es muy importante que el cuello de la raíz no quede nunca más enterrado de cómo estaba de forma original, aunque teniendo en cuenta este factor, podemos hacer el hoyo más profundo y establecer una base drenante, con gravas, por ejemplo, que nos servirá para eliminar el exceso de agua e impedir así los encharcamientos en las raíces, así como la aparición de hongos en las mismas. También puede ser interesante la instalación de tubos drenantes.
Es importante también que las zonas adyacentes del hoyo de plantación no queden demasiado compactadas imposibilitando el correcto desarrollo radicular.
Es el momento de mirar a nuestro árbol, ¿tiene ramas rotas o cruzadas? ¿tiene una doble guía? Corregir estas imperfecciones en este momento nos evitará futuros problemas.
Retiraremos, por lo menos, la parte superior del embalaje que protege al cepellón.
Una vez colocado el árbol en el sitio de plantación, rellenaremos el hoyo, preferentemente, con el suelo del lugar, es recomendable añadir un porcentaje (20%-30%) de tierra de jardinería con materia orgánica descompuesta y/o , dependiendo de las características de nuestro suelo, algún material que facilite el drenaje.
!Recordemos que el lugar elegido para la plantación será donde vivirá el árbol toda su vida!
No hay que compactar demasiado el suelo añadido alrededor de nuestro árbol. Es muy importante regar abundantemente, empapando bien la tierra, justo después de la plantación.
Si la zona donde hemos plantado el árbol es ventosa o una zona de paso, es recomendable la instalación de tutores para proteger y estabilizar al ejemplar.
El acolchado es una técnica a tener en cuenta ya que proporciona al árbol unas condiciones propicias para su desarrollo y ayuda a retener humedad. Es importante que el material utilizado no esté en contacto directo con el tronco.
La época de plantación depende del clima, del formato de presentación de las raíces del árbol (cepellón, raíz desnuda, air-pot®…) y de si el ejemplar es de hoja caduca o perenne.
En términos generales, nunca debemos plantar en días demasiado calurosos ni con el suelo congelado. Para ejemplares de hoja caduca, por ejemplo, la mejor época de plantación es cuando el ejemplar este en parada vegetativa, es decir, sin hojas, aunque si escogemos un árbol cultivado en air-pot®, este factor no es determinante y podremos plantarlo prácticamente durante todo el año.
Llegados a este punto habremos cumplido una de las metas de todo humano, la plantación de árboles. Aunque nuestra responsabilidad no se acaba aquí ya que durante los primeros años deberemos aportarle agua según sus necesidades.
¡Ahora, a disfrutar de nuestro árbol con la conciencia tranquila!.
Jordi Cuyàs Sierra
CTO Belloch Forestal