Imagen: Jordi Cuyàs Sierra
Un reciente estudio realizado por un equipo de expertos internacional, entre ellos, investigadores de la Universitat de Lleida (UdL) y del Centre de Ciència i Tecnologia Forestal de Catalunya (CTFC), afirma que las medidas adoptadas para minimizar el impacto de la Covid-19 agravan la ya preocupante deforestación en países tropicales.
En el estudio, publicado en Perspectives in Ecology and Conservation, se han comparado imágenes de satélite durante un periodo de 2020 con el mismo periodo de 2019. El periodo escogido de 2020 comprende un espacio temporal en el que en las zonas implicadas en el estudio ya se habían aplicado restricciones de movilidad y/o cierre de puestos de trabajo. Implicando un incremento de las actividades clandestinas y un impacto negativo en las actividades de control. También se incluyen las hectáreas de terreno que el gobierno de cada país declara como cambio de uso, permitiendo la deforestación de forma legal.
“El aumento de la deforestación tropical después de las respuestas del gobierno a la pandemia puede haber sido una respuesta refleja a la interacción recíproca a largo plazo entre la deforestación impulsada por los cambios en el uso de la tierra y el brote de COVID-19. Este rápido ciclo inicial de deforestación se ve favorecido en áreas tropicales donde la aplicación de la ley históricamente ha sido de gran importancia para reducir la pérdida de bosques. los deforestadores ilegales tienen mayores posibilidades de obtener títulos de propiedad para las tierras invadidas en el futuro y los agricultores tienen buenas perspectivas de comerciar con los rendimientos resultantes de un área de producción mayor.”
Además, como ya se manifestó en otro artículo en esta misma web y como afirman los autores del presente estudio, la deforestación tropical aumenta el riesgo de enfermedades zoonoticas emergentes con potencial pandémico.
Cada vez más estudios respaldan la famosa frase de Floyd “Red Crow” Westermann, indígena norteamericano de la etnia Sioux. “El árbol respira lo que nosotros exhalamos, nosotros respiramos lo que el árbol exhala. Así pues, tenemos un destino común con el árbol.” Ahora, además, parece que si no cuidamos nuestros bosques aumentamos el riesgo de sufrir pandemias devastadoras.
Jordi Cuyàs Sierra
CTO Belloch Forestal